Sin quererlo, me había metido en la peor pesadilla que uno
pueda llegar a tener. Lucas, mi amigo, pertenece a una banda de secuestradores
rusa… Esto es increíble, no me lo creo ni yo, ¿mi Lucas? Estoy en shock… Al
parecer el símbolo de su colgante quiere decir ``frialdad´´ algo por lo que se
caracterizan allí. Tenía que averiguar la manera de encontrarlo, y rápido,
porque si están aquí en Berlín es que buscan a alguien. Busqué más en los
libros y no sabía qué hacer, esto me iba a atormentar la semana probablemente.
Llegué a mi casa y comencé a pensar… ¿Y si era yo su próxima víctima? Miles de
ideas rondaban en mi cabeza y no sabía qué hacer, solo quería desaparecer, solo
quería llorar, o que mi familia estuviese aquí cerca apoyándome… Opté por la
segunda opción, entré en la ducha y comencé a llorar. A parte de estar más
relajada ahí, es el único lugar donde mis lágrimas se camuflan. A la mañana
siguiente, me desperté con una gran idea. Seguro que alguno de los integrantes
sigue aquí, buscándome a mí o a otras personas. Si me busca a mí, estará detrás
de mí todo el día. Salgo a la calle con una gran sonrisa, ¿mi plan? Fácil. Los
rusos no sonríen, y su banda representa la frialdad, así que hoy me he propuesto
hacer sonreír a la gente. Porque si los bostezos se contagian, ¿por qué no las
sonrisas? Voy a caminar por toda la ciudad y a estar atenta a ver quién anda
tras de mí hoy, y quien no me corresponda la sonrisa lo apuntaré en mi libreta.
Aquí comienza la búsqueda, en el portal. Saludo al portero con una gran sonrisa,
la cual me corresponde, uno menos. Pero la ciudad está llena de gente… será un
día largo, pienso. Camino por la acera, pegada al carril bici. Hoy no hay mucha
gente caminando, así que no será difícil entonces… `Hola, muy buenas´, digo a
una mujer con cara de pocos amigos, y me saluda muy dulce, algo que me
sorprende. Las apariencias engañan, muy buen dicho. Unas cuantas personas por
la calle y todas me corresponden. Esto no sé si va bien o mal, porque no tengo
sospechosos, algo bueno, pero eso quiere decir que estoy lejos de encontrar
alguna pista…Y aquí estoy, sentada en el bus, al lado del conductor, esperando
a que todo el que salga me diga algo. Un hombre, pantalón oscuro y chaqueta
gris; él no sale del bus, entra y pronuncia unas palabras raras, quizás ruso
puede ser, me ha mirado con cara de enfado, ni me ha sonreído, a pesar de un
dulce `hola´ que yo le he dicho. Llegamos a la última parada, yo bajo y él baja
y va persiguiéndome durante cuarenta y cinco minutos, esto no pinta muy bien…
Me paro y se para, ¿qué querrá?
Empiezo a aumentar mi paso para volver a casa, pero que
lista soy, me he parado en la calle más lejana de donde está ubicado mi
apartamento, me merezco un aplauso. Un callejón, suelen dar mal rollo en las
películas, pero esta es la vida real, supongo que no pasará nada. Entro y
alguien tapa mi boca. Pues me equivocaba, sí que ha pasado algo, y no tiene
buena pinta. Miro a la persona que me está agarrando y es Lucas. `Lo siento, es
a ti a quien buscábamos´ me susurra, no sé si llorar o intentar huir, aunque es
muy complicado. Y de nuevo en un
problema, es que tengo un don especial para meterme en problemas.
Ust