sábado, 9 de mayo de 2020

III CONCURSO DE RELATOS ENCADENADOS


RELATO GANADOR 2019/2020



Acababa de volver del bosque cuando de repente Carmen encontró un caballo dentro de su casa. No era normal encontrar un caballo en una casa.

Cuando estaba intentando sacarlo el caballo habló: “Carmen, he venido a tu casa para decirte que eres la elegida para salvar el pueblo de una extraña criatura llamada el vampiricantro”, y en ese momento el caballo desapareció. Carmen muy sorprendida fue a contárselo a su amigo Héctor. Él no se lo creía, hasta que de pronto el caballo volvió a aparecer y les dijo: “Héctor, tú tendrás que ayudar a Carmen  a encontrar al vampiricantro. Vuestra primera misión es ir al glaciar del pueblo y hablar con el abuelo solitario que vive allí. Él os indicará vuestra próxima misión”.


Ellos vivían en una ciudad noruega llamada Edga. Esa ciudad tenía un glaciar en lo alto de una montaña. Subir a ese volcán era muy difícil porque estaba muy alto, pero ellos decidieron seguir las indicaciones del caballo y subir hasta la cima. Al día siguiente subieron, en el camino se encontraron con una manada de lobos que les atacó, pero salieron corriendo y consiguieron despistarlos. Consiguieron llegar hasta el glaciar, no veían al abuelo hasta que el...
(Hugo Alonso, 1º ESO)

... viento arrastró un papel con los bordes quemados y letras descolocadas, todas juntas y sin espacios. 
Carmen y Héctor no sabían qué hacer, lo recogieron e intentaron descifrarlo, pero no entendían nada. Se volvieron para mirar al caballo y preguntarle, pero de pronto desapareció. Carmen se sentó en el suelo y al cabo de 20 minutos consiguieron saber qué decía. En la carta estaba escrito esto, con una letra horrenda:
PEAGUIASRABIRRA

Al colocar las letras y separar las palabras se quedó en:

SEGUIR PARA ARRIBA

Hicieron caso a la carta y continuaron hacia arriba, anduvieron cerca de 5 Km sin descanso y estaban algo cansados, cuando de pronto apareció de nuevo el caballo con malas noticias, les dijo que o iban más rápido o no conseguirían capturar al vampiricantro y salvar al pueblo y al abuelo, Carmen y Héctor a pesar de que estaban cansados empezaron a andar más rápido.

A lo lejos comenzaron a ver una casa muy antigua, en su fachada había una grieta que recorría todas las demás y una enredadera que salía de una de las ventanas sin cristal. Al acercarse más a la casa pudieron escuchar cómo un hombre pedía auxilio, imaginaron que era el abuelo y no dudaron en echar la puerta abajo y entrar rápidamente en la casa. Al entrar seguían escuchando al abuelo como si le faltara el aire, pero no conseguían saber dónde estaba.

Estaban inspeccionando el piso de abajo, cuando escucharon un ruido muy fuerte en la buhardilla, subieron y al principio no veían nada porque de la chimenea salía un humo negro que les nublaba la visión, cogieron un trapo se lo colocaron en la boca y la nariz y empezaron a buscar al abuelo. 

De repente, algo con una ala negra y peluda agarró a Héctor y lo llevó a otra habitación, justamente en ese momento Carmen encontró al abuelo...
(Carmen Sobrino, 2º ESO)

Estaba muy mareado por todo el humo que había inhalado en ese momento. 

Carmen se bloqueó, no sabía qué hacer, se veía indefensa en esas circunstancias, de repente su cabeza pensó algo y actuó. Enseguida cogió un pañuelo con agua como el que llevaba ella y así hacer que el abuelo no tragase tanto humo, lo incorporó y poco a poco le fue haciendo despertar, así de esa manera consiguió llevarle abajo y ponerle a salvo.

Mientras todo esto sucedía Héctor seguía desaparecido. 
Carmen al bajar y no ver por esa zona a su amigo se empezó a preocupar por él. Volvió a entrar en la casa, buscó por todos los sitios y recovecos, pero Héctor no daba señales de vida. Entonces Carmen desesperada por su amigo decidió salir otra vez a las afueras de la casa para seguir buscándolo. 


En el intento de buscar a Héctor por las afueras, por detrás de la casa Carmen vio una trampilla que bajaba como a una especie de sótano. Estaba segura de que Héctor iba a estar allí, y así fue. 
Cuando bajó Héctor estaba bien, aunque un poco asustado, sin más demora salieron de nuevo al exterior y decidieron hablar con el abuelo que era el que les diría dónde estaba en esos momentos el vampiricantro.

El abuelo no podía hablar mucho por el humo inhalado, por eso al llegar donde estaba él les pidió rápidamente un lápiz y un papel y así decirles dónde se encontraba el vampiricantro.

En la hoja ponía que estaba situado en el bosque del pueblo. Sin más demora y sin pensarlo más tiempo salieron corriendo dirección al pueblo para decir a un médico que subiese a curar al abuelo.

Ellos salieron disparados para el bosque y allí se encontraron con el caballo bien armado para así ayudarles con la búsqueda. Como iban muy bien equipados, en cuanto vieron al vampiricantro le dieron caza en menos de 6 minutos. Cuando ya lo tenían, solo fue llevarlo al calabozo del pueblo y que cumpliera su condena.

Héctor y Carmen se fueron satisfechos por el trabajo y antes de irse a casa pasaron a ver al abuelo. Allí, el abuelo les dijo una cosa que les dejó de piedra.

Un secreto que jamás nunca revelarían.

(Alejandro Gutiérrez, 4º ESO)

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