martes, 3 de noviembre de 2020

RELATO GANADOR DEL CONCURSO DE RELATOS DE TERROR

MI VECINO ES UN ZOMBIE

Vivo en un pueblo pequeño, nos conocemos todos, pero yo soy el único que sabe el secreto de mi vecino: Es un zombie. Un zombie que descubrí, por casualidad, un día de difuntos en su patio (que está al lado del mío, pared con pared) transformarse en un ser muy extraño comiéndose una gallina cruda.

Como estábamos en las fechas próximas a Halloween pensé que sería un disfraz. Lo dejé pasar pensando en que le observaría más atentamente.

Durante todo el año, le espiaba cada vez que podía y observaba sus movimientos.

En principio, era todo normal, aunque en el primer cambio de luna, ya me di cuenta de que cosas que antes eran normales ahora no lo eran tanto.

Tiene una bicicleta un poco extraña con un carrito atrás y, a veces, lleva el carrito tapado con una manta. Siempre pensé que llevaba leña para su calefacción, pero… ¿Qué llevaría ahí debajo?

Aproveché que entró en su casa y dejó la bicicleta en la puerta, me asomé y vi… ¡¡¡ bugfgfgfgfgfg !!!Estaba llena de pájaros vivos. ¿Para qué serían? Pues una noche de luna llena estuve muy pendiente de él y aquel secreto quedaba al descubierto cuando lo vi comiéndose ¡trece pájaros vivos que iba contando de uno en uno!

¿Estaríamos mi familia y yo en peligro?

La verdad que él con nosotros siempre ha sido muy buena persona, nadie me creería si lo contase porque nos saluda y es muy amable con todos nosotros.

Al llegar la fecha de Todos los Santos del año siguiente ¡¡le llegué a ver comerse un conejo vivo!!

Así pasaban los días, yo estaba muy asustado, a pesar de que él siempre se portaba muy bien, nos compraba chuches …etc. Lo cual me llegó a hacer pensar que quería ganarse nuestra confianza para comernos.

Mis sospechas se hicieron realidad al escucharle decir que el tercer año querría para Hallowen… ¡¡¡¡ Carne humana!!!!

¿A quién le cuento mi secreto?

Una tarde le he escuchado, él habla muchas veces en alto con él mismo (o, al menos, eso creo… a no ser que tenga viviendo en su casa a un ser enano con siete cabezas, una pierna y tres brazos), que quiere ir a Madrid a comer sangre de políticos.

Este vecino mío se está volviendo loco, estamos en confinamiento y ¡no podemos cambiar de provincia!

He pensado en decirle a mi madre que no me encuentro bien y que me lleve a Ávila al pediatra y aprovechar un descuido para robar sangre en el hospital, de las que hacen los análisis, y dejársela en la puerta. Sé que eso no está muy bien, pero no me quiero imaginar ver en el telediario que han aparecido en el congreso de los Diputados restos de sangre humana … ¿Os imagináis?

A todo esto, no sé si a estas alturas soy cómplice suyo, porque creo que soy el único que sabe su secreto y me da un poco de miedo porque si se entera ¿sería yo su próxima víctima?

 

SAMUEL CALVO GARCÍA - 1º ESO

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