miércoles, 28 de abril de 2021

RELATOS ENCADENADOS 2020/2021


Un año más, os dejamos el relato ganador. Aquí comienza la historia....


Recuerdo la primera vez que fui al cine, uno de los días más especiales y extraños de mi vida. Yo fui acompañado de mis amigos para ver la nueva película de “Los Vengadores”, la cual, según las opiniones de los aficionados de esta serie, era la mejor de todas con diferencia. Tras discutirlo durante un rato, decidimos entrar al centro comercial donde se encontraba el cine que mostraba esta película. Los alrededores estaban repletos de gente emocionada por ver la película y haciendo una cola de más de cien personas para poder disfrutarla. Cómo he dicho antes, era la primera vez que iba a estar en un cine y estaba muy nervioso, al contrario de mis amigos, que habían venido más de veinte veces aquí.

Poco a poco la cola se iba disolviendo y se acercaba nuestro turno para entrar a ver la ansiada nueva película. Por fin, llegó el momento y pedimos cuatro entradas. Cruzamos un largo pasillo hasta llegar a la sala número 11 que estaba llena de gente. Tan solo había tres asientos libres en esa sala y decidimos echarlo a suertes. Dos de mis amigos consiguieron entrar y solo quedábamos mi mejor amigo y yo. Uno de los dos no podría ver ”Los Vengadores”. Para determinar quién acompañaba a los demás jugamos a “piedra, papel y tijera”, cuando estábamos a punto de jugar, sonó la alarma de incendios en el centro comercial y tuvimos que salir a la calle donde hacía frío y estaba lloviendo. Un empleado del centro comercial nos dijo que había habido un escape de gas y que podía ser peligroso. Finalmente, concluyó diciendo que no podíamos ver la película hasta la semana siguiente cuando se repararan los daños.

Mis amigos y yo nos fuimos decepcionados a nuestras casas y en el camino a casa, volví a ver el tráiler de la película. Lo observé varias veces hasta que vi que “Los Vengadores” estaba disponible en dos cines distintos, uno de ellos era al que habíamos ido y el otro era el más lejano a nuestra ciudad, que se encontraba a diez kilómetros.

Al llegar a casa le conté a mi madre todo lo ocurrido en el centro comercial y la pregunté si mañana podía llevarnos al otro cine porque no podíamos estar otra semana esperando para verla. Ella respondió que imposible porque tenía cosas que hacer. Yo subí enfadado a mi habitación y hablé por teléfono con mis amigos, a ellos tampoco podían llevarles al otro cine.

Pero de repente se me ocurrió un gran plan para poder ir…  


Rodrigo Prieto, 4º ESO

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