miércoles, 28 de abril de 2021

RELATOS ENCADENADOS 2020/2021


Un año más, os dejamos el relato ganador. Así continúa la historia comenzada por Rodrigo...


Pero de repente se me ocurrió un gran plan para poder ir  

Les dije a mis amigos que estuvieran en la parada del bus en cinco minutos y que llevaran algo de dinero, que tenía un maravilloso plan.

Cuando llegue allí estaban todos, les conté mi plan y les pareció bien así que fuimos a intentar ver la peli. Primero miramos a ver a qué hora pasaba el bus que nos dejaba cerca del cine. El bus llegaba en cinco minutos así que le esperamos. Al llegar el bus, nos subimos y nos tocó ir de pie ya que estaba hasta arriba.

Iba todo bien hasta que nos dimos cuenta de que si pagábamos un taxi para ir desde donde nos dejase el bus hasta el cine nos íbamos a quedar sin dinero y no podríamos comprar las entradas ni volver a casa. Decidimos ir andando hasta el cine desde nos dejara el bus, que eran unos dos kilómetros y así teníamos dinero para volver en bus y pagar las entradas del cine. 

Al llegar vimos que estaba cerrado, eso era muy raro. Ese cine no cerraba ningún día.

Un señor que pasaba por allí nos dijo que ayer por la noche anterior habían entrado a robar y que se habían llevado la mayoría de las cosas. También nos dijo que la policía llevaba todo el día investigando el caso.

 Ya que estábamos allí les dije a mis amigos que si querían jugar a los policías e intentar resolver nosotros el caso. A todos les pareció una idea fantástica.  Nos quisimos acercar más para ver si encontrábamos alguna pista, los policías que estaban allí no nos dejaron pasar por lo que dimos una vuelta alrededor del cine y vimos una cosa muy extraña, era un trozo de pañuelo rojo con letras verdes.

Entre nosotros decidimos dar una vuelta por el barrio para ver si veíamos a alguien con ese pañuelo. Nos recorrimos tiendas, centros comerciales, y un montón de calles, pero no había rastro de nadie.

Estaba empezando a anochecer y nos dirigíamos calle abajo para ir a la parada del bus. Cuando, de repente, un señor torció la calle. Iba vestido de negro entero con una mochila gris y una gorra marrón que le tapaba la cara, estaba manchado de polvo entero. Le empezamos a mirar de arriba abajo pero no veíamos nada rojo. Se dirigía hacia la parada como nosotros.

Esperando al bus abrió la mochila y llevaba unas cajas negras muy sospechosas, pero lo que más nos impactó fue que llevaba un pañuelo rojo igualito al que nos habíamos encontrado. No sabíamos qué hacer, entonces…  

Aroa Barbero, 2º ESO

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