MI VECINO ES UN ZOMBIE
Vivo en un pueblo
pequeño, nos conocemos
todos, pero yo soy el único que sabe el secreto de mi vecino: Es un
zombie. Un zombie que descubrí, por casualidad, un día de difuntos en su patio
(que está al lado del mío, pared con pared) transformarse en un ser muy extraño
comiéndose una gallina cruda.
Como estábamos
en las fechas próximas a Halloween pensé que sería un disfraz. Lo dejé pasar
pensando en que le observaría más atentamente.
Durante todo el
año, le espiaba cada vez que podía y observaba sus movimientos.
En principio, era todo normal,
aunque en el primer cambio de luna, ya
me di cuenta de que cosas que antes eran normales ahora no lo eran tanto.
Tiene una
bicicleta un poco extraña con un carrito atrás y, a veces, lleva el carrito tapado con una manta. Siempre
pensé que llevaba leña para su calefacción, pero… ¿Qué llevaría ahí debajo?
Aproveché que entró en su casa
y dejó la bicicleta en la puerta, me asomé y vi… ¡¡¡ bugfgfgfgfgfg !!!Estaba
llena de pájaros vivos. ¿Para qué serían? Pues una noche de luna llena estuve
muy pendiente de él y aquel secreto quedaba al descubierto cuando lo vi comiéndose ¡trece pájaros vivos
que iba contando de uno en uno!
¿Estaríamos mi familia y yo en
peligro?
La verdad que él
con nosotros siempre ha sido muy buena persona, nadie me creería si lo contase
porque nos saluda y es muy amable con todos
nosotros.
Al llegar la
fecha de Todos los Santos del año siguiente ¡¡le llegué a ver comerse un conejo
vivo!!
Así pasaban los días, yo estaba
muy asustado, a pesar de que él siempre se portaba muy bien, nos compraba
chuches …etc. Lo cual me llegó a hacer pensar que quería ganarse nuestra
confianza para comernos.
Mis sospechas se
hicieron realidad al escucharle decir que el tercer año querría para Hallowen…
¡¡¡¡ Carne humana!!!!
¿A quién le cuento mi secreto?
Una tarde le he escuchado, él habla
muchas veces en alto con él mismo (o, al menos, eso creo… a no ser que tenga
viviendo en su casa a un ser enano con siete cabezas, una pierna y tres
brazos), que quiere ir a Madrid a comer sangre de políticos.
Este vecino mío
se está volviendo loco, estamos en confinamiento y ¡no podemos cambiar de
provincia!
He pensado en decirle a mi
madre que no me encuentro bien y que me lleve a Ávila al pediatra y aprovechar
un descuido para robar sangre en el hospital, de las que hacen los análisis, y
dejársela en la puerta. Sé que eso
no está muy bien, pero no me quiero imaginar ver en el telediario que han
aparecido en el congreso de los
Diputados restos de sangre humana … ¿Os imagináis?
A todo esto, no
sé si a estas alturas soy cómplice suyo, porque creo que soy el único que sabe su secreto y me da un poco
de miedo porque si se entera ¿sería yo su próxima víctima?
SAMUEL CALVO GARCÍA - 1º ESO